Pero los buenos hábitos serán la clave del éxito en todas las áreas de tu vida.
Tener unos buenos hábitos de estudio es
muy importante porque afecta al rendimiento académico. Por ello, os dejo
unos cuantos consejos para que vuestros hijos adquieran estos hábitos.
Primero, es muy importante el lugar donde estudian y realizan los deberes.
Este lugar suele ser la habitación de ellos. Un buen lugar de estudio
debe disponer de una iluminación correcta, cuanta más luz natural mejor,
cansa menos los ojos y el estudiante puede desviar la vista mirando por
la ventana hacia un punto lejano para que los ojos no se fatiguen tanto
(cuidando que la ventana no dé a un parque lleno de niños jugando).
Cuanto menos ruido en la habitación, su rendimiento será mayor. Además,
es apropiado tomar medidas para evitar las interrupciones constantes (el
teléfono, la merienda, el hermano que entra a coger algo). La
cooperación de todos los miembros de la familia es necesaria. No se
trata de meter al niño en un búnker sin más estímulo que el ruido del
lápiz pero sí intentar no hacer de su tiempo de estudio diario más
complejo de lo que ya puede llegar a ser.
En cuanto al mobiliario, debe disponer de una silla y una mesa adecuadas a su altura que le mantengan la espalda erguida en una posición saludable.
Otro dato muy relevante es que debe
tener todo el material necesario a mano y siempre en el mismo sitio con
el objetivo de evitar perder el tiempo buscando lo que necesita con la
consiguiente pérdida de atención en la tarea. Con este último fin
también es recomendable estudiar todos los días en el mismo lugar ya que
cambiar a otra zona requiere una adaptación al medio y produce
distracciones.
Otra cuestión muy relevante es cómo
realiza el estudio. Para ello, es muy importante que no se le olviden
las tareas que tiene que realizar para casa, por lo que se recomienda
con mucho énfasis que disponga de una agenda que lleve al colegio donde pueda anotar los deberes, trabajos, exámenes y fechas de entrega.
Como el sistema educativo no puede afrontar una educación más individualizada, es importante que en casa se controle en la medida de lo posible la realización de las tareas y corregirlas con el niño para que pueda aprender de sus errores.
Esta corrección debe hacerse sin
criticar al niño, ni poner caras de desaprobación, con paciencia y sin
esperar que estén hechos a la perfección; son cosas que le están
enseñando y por lo tanto es imposible que sea un experto.
Si el niño necesita ayuda durante el estudio, esta debe facilitarse
con paciencia ya que las manifestaciones de impaciencia de los padres
(nadie dice que trabajar con los hijos no sea cansado) sólo conseguirán
desmotivar y poner nervioso al niño y por lo tanto a empobrecer su
rendimiento.
En los padres también existen
inseguridades a la hora de ayudar a sus hijos al pensar que no se
acuerdan o no saben hacerlo; pero esta ocasión es la oportunidad
perfecta para enseñarle cómo buscar información, una herramienta más
importante que la memorización, sobre todo actualmente pues la cantidad
de información disponible es casi ilimitada. Hay que enseñar a aprender.
¿Pero cuanta ayuda debemos prestar a nuestros hijos a la hora de estudiar? La que sea necesaria.
Cuanta más ayuda se le preste al inicio de la escolarización, menos
necesitará más adelante. La ayuda se hará en función del rendimiento que
tenga en las distintas materias. Para saber en qué podemos ayudarles y
de qué manera, lo ideal es mantener una comunicación continua con sus
profesores o tutor, y así se podría diseñar una estrategia conjunta
enfocada hacia el éxito escolar del niño.
Otro consejo de gran relevancia para la creación del hábito de estudio es hacer con el niño un horario semanal en el que aparezcan tanto las horas de estudio como las de ocio.
Este horario debe estar en un lugar visible para él. Es muy importante
crear una rutina diaria, ya que esto no solo sirve para cuando es un
estudiante sino también para la vida adulta. El horario debe ser claro,
flexible y realista, pudiéndose modificar en función de las necesidades y
capacidades del estudiante.
¿Cuántas horas deben de estudiar? No hay que olvidar que en cualquier horario debe haber un tiempo para el ocio y ser congruente con las capacidades y edad del estudiante.
Si tiene la edad suficiente para determinar el tiempo de estudio, que
sea él quien lo elija, si no, cada padre debe observar en qué momento
rinde más y durante cuánto tiempo mantiene la atención.
Además, es adecuado ir intercalando tiempo de estudio con periodos de descanso
porque no nos sirve que esté dos horas frente al libro si no está
concentrado en la tarea. Por otro lado, las horas de estudio pueden ir
aumentando gradualmente a lo largo del curso con incrementos pequeños de
tiempo.
El horario puede cambiarse las veces que
sean necesarias hasta que se consiga un horario realista que el niño
pueda cumplir; además, debe permitir una cierta flexibilidad ya que no
todos los días se realizan las mismas actividades ni a la misma hora.
También se puede ir revisando y modificando cada cierto tiempo, por
ejemplo cada mes, en función de la cantidad de trabajo que tenga.
Os añadimos algunos consejos más:
- Tratar de estudiar a las mismas
horas todos los días. Esto creará una rutina y cuando llegue la hora de
estudio ya estará preparado mentalmente para ello.
- Fijar metas para las horas de estudio. Las metas ayudan para mantenerse enfocado y controlar su progreso.
-Empezar a estudiar en el horario
programado. Si dejas las cosas para más tarde por cualquier razón,
puede que no te de tiempo a terminarlo a la hora programada.
-Empezar con la asignatura más
difícil ya que requerirá más esfuerzo y al iniciar el horario de estudio
es cuando se tiene más energía mental.
-Cuando se tienen dudas sobre alguna tarea, puede ser de ayuda llamar a un compañero.
-Estudiar un poco también los
fines de semana; aunque los fines de semana es para descansar y
divertirse, también hay tiempo para repasar algo y así estar mejor
preparado para el lunes.
Todos estos consejos pueden ayudar a que
vuestros hijos tengan unos buenos hábitos de estudio que lograrán un
mejor rendimiento académico.
Fuente:Psicorevista
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